¿Quién es el organismo encargado de decirnos oficialmente en España lo que llueve de media en una zona, en una provincia o incluso, en una cuenca hidrográfica? La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), ¿verdad? La misma que nos da la predicción del tiempo para el día siguiente o para las próximas semanas.
Eso es precisamente lo que dice la vigente Instrucción de Planificación Hidrológica –IPH- (ORDEN ARM/2656/2008 de 10 de septiembre, del extinto Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Ver Anexo VII, Tabla 91: Fuentes de Información), que es el libro oficial “de recetas” de cómo hacer un Plan Hidrológico en España.
Concretamente nos dice que las variables meteorológicas y los escenarios regionalizados de predicción del cambio climático de cada plan hidrológico de las distintas cuencas, procederán de la AEMET. Organismo que depende directamente de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente. Ver Figura 1.
Concretamente nos dice que las variables meteorológicas y los escenarios regionalizados de predicción del cambio climático de cada plan hidrológico de las distintas cuencas, procederán de la AEMET. Organismo que depende directamente de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente. Ver Figura 1.
Figura 1 Extracto del Anexo VII de la
Instrucción de Planificación Hidrológica. Fuentes de Información.
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En cambio, en los Planes Hidrológicos aprobados por el Gobierno en el Real Decreto 1/2016, dicha información procede del Centro de Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), que es un organismo adscrito a otro Ministerio distinto al de la AEMET -concretamente al Ministerio de Fomento- y dependiente directamente de su Secretaría de Estado de Infraestructuras, Trasporte y Vivienda. Ver Figuras 2 y 3 siguientes.
Y todo ello, “mediante procesos de simulación” que reproduzcan las interrelaciones de las variables climáticas, como dice la IPH en su apartado 2.4.2.
¿Qué es lo que hace el CEDEX? Utiliza los datos brutos de las distintas estaciones meteorológicas de la AEMET pero los interpreta a su manera, pues los integra “en su modelo” matemático de predicción de la escorrentía de un territorio, en función de los valores que calcula de Lluvia y Evapotraspiración Real (ETR) para diferentes celdas. Modelo matemático denominado SIMPA: Sistema Integrado para la Modelación del Proceso Precipitación, y que se hizo popular a finales del siglo pasado.
LAS TRES LIMITACIONES DEL MODELO SIMPA: Dicho modelo matemático, y según reconocen sus propios autores (Estrela y otros, 1999) tiene tres limitaciones que son las siguientes:
1. Introduce "pluviómetros ficticios" para simular la lluvia en las zonas de montaña (donde más llueve) que infravalora por la ausencia reconocida de estaciones pluviométricas precisamente allí.
Además y por este motivo, el modelo SIMPA que se hace correr en una cuenca hidrográfica, no es único para toda ella, sino que de él se emplean dos versiones: una para modelizar las zonas de cabecera, donde más llueve; y otro para el resto, como pasa en el caso de la Cuenca del Segura: donde se utiliza una versión de 2007 para las primeras y otras de 2009 y 2014 para las llanuras.
Este “baile de versiones” del modelo SIMPA se debe, según dicho Plan Hidrológico, a la insuficiente ponderación de la lluvia media anual caída en las zonas de montaña, por la falta allí de puntos de observación; lo que obliga a introducir en el modelo valores de lluvia simulados y obtenidos de pluviómetros ficticios. Hecho éste que es reconocido por los propios autores del modelo (Estrela y otros 1999). Oigamos como lo dicen:
“La falta de estaciones en las zonas más altas produce infravaloraciones importantes de la lluvia en muchas cuencas de cabecera al aplicar directamente los algoritmos de interpolación espacial. Esto da lugar a una infravaloración muy importante de los recursos estimados a partir de las lluvias y pone de relieve la necesidad de disponer de redes de medida meteorológicas que tengan cobertura en las zonas de montaña.
Para suplir esta carencia se han generado series de precipitaciones en estaciones ficticias teniendo en cuenta la correlación de la lluvia con la altitud” (el resaltado en negrita es nuestro).
También y con respecto a la lluvia, se admitía en el Plan Hidrológico anterior 2009-2015, que se tuvieron que realizar “estudios que permitieran corregir los problemas derivados de la escasa densidad de datos en altura o de las aglomeraciones y redundancias de información”.
Resumiendo podemos decir que el modelo que utiliza el CEDEX, para saber los recursos naturales de una cuenca, se tiene que inventar parte de lo que llueve en las zonas de máxima precipitación (áreas de montaña), e introducir datos ficticios en los cálculos para resolver esta ausencia de información de campo tan vital.
1. Introduce "pluviómetros ficticios" para simular la lluvia en las zonas de montaña (donde más llueve) que infravalora por la ausencia reconocida de estaciones pluviométricas precisamente allí.
Además y por este motivo, el modelo SIMPA que se hace correr en una cuenca hidrográfica, no es único para toda ella, sino que de él se emplean dos versiones: una para modelizar las zonas de cabecera, donde más llueve; y otro para el resto, como pasa en el caso de la Cuenca del Segura: donde se utiliza una versión de 2007 para las primeras y otras de 2009 y 2014 para las llanuras.
Este “baile de versiones” del modelo SIMPA se debe, según dicho Plan Hidrológico, a la insuficiente ponderación de la lluvia media anual caída en las zonas de montaña, por la falta allí de puntos de observación; lo que obliga a introducir en el modelo valores de lluvia simulados y obtenidos de pluviómetros ficticios. Hecho éste que es reconocido por los propios autores del modelo (Estrela y otros 1999). Oigamos como lo dicen:
“La falta de estaciones en las zonas más altas produce infravaloraciones importantes de la lluvia en muchas cuencas de cabecera al aplicar directamente los algoritmos de interpolación espacial. Esto da lugar a una infravaloración muy importante de los recursos estimados a partir de las lluvias y pone de relieve la necesidad de disponer de redes de medida meteorológicas que tengan cobertura en las zonas de montaña.
Para suplir esta carencia se han generado series de precipitaciones en estaciones ficticias teniendo en cuenta la correlación de la lluvia con la altitud” (el resaltado en negrita es nuestro).
También y con respecto a la lluvia, se admitía en el Plan Hidrológico anterior 2009-2015, que se tuvieron que realizar “estudios que permitieran corregir los problemas derivados de la escasa densidad de datos en altura o de las aglomeraciones y redundancias de información”.
Y nos podemos preguntar: ¿No hubiera sido mejor que estas integraciones ponderadas de datos climáticos y simulaciones con estaciones de lluvia ficticias las hubiera hecho la que tiene que hacerlo por Ley: la AEMET, menos propensa a caer en la tentación de “arrimar el ascua a la sardina de la obra pública” para suplir una hipotética falta de agua en las cuencas “deficitarias” y en la que podría caer el CEDEX del Ministerio de Fomento (ministerio de la obra pública)?
A mayor abundamiento y a modo de ejemplo, diremos que no hay que olvidar el hecho de cómo se ha ido variando el valor de la Lluvia media caída en la cuenca del Segura a lo largo del proceso de planificación, por la aplicación de las sucesivas versiones de este modelo SIMPA.
En efecto, en el Documento Inicial del Plan del Segura 2009-2015, se decía que la lluvia media en dicha cuenca era de 400 mm. Luego, en el Plan que finalmente se publicó en julio de 2014, este valor se había reducido en casi un 10% (362,66 mm). Y más tarde, en el Plan 2015-2021 –aprobado a primeros de 2016- se aumentó a 374,9 mm.
Estas fluctuaciones suponen que de ese Documento Inicial al que finalmente fue aprobado en 2014, el volumen medio del agua de lluvia anual caída en la cuenca del Segura se había reducido en 710 hm3/año. Y poco después, éste se aumentó en 233 hm3 en el Plan vigente 2015-2021 (pero que siguen siendo 477 hm3/año inferior al que decía el Documento Inicial)[1]. (La Superficie de la cuenca es de 19.025 Km2).
Y por último y por si lo anterior fuera poco, el modelo SIMPA tiene además otras dos importantes limitaciones para calcular el total de los recursos hídricos naturales de una cuenca - y según sus propios autores-, ya que con él no puede saberse:
1. La Recarga: es decir, el valor de la otra componente de los Recursos Naturales que no es la Escorrentía (flujo fluvial) y que es el flujo de agua subterránea profunda que acaba en el mar, ni
2. Las trasferencias laterales entre acuíferos de ese flujo profundo (Recarga) hasta llegar al mar.
Ambas variables son de obligado cálculo, según la IPH. En algunos planes hidrológicos como en el del Júcar, estas trasferencias laterales de agua subterránea entre acuíferos (o masas de aguas subterráneas) se estiman uno a uno aplicando otro modelo matemático distinto al SIMPA, que en ese caso se llama PATRICAL; y cuantificando, para cada masa de agua subterránea, su “recurso renovable zonal” que incluye la parte alícuota del agua cedida en estas trasferencias laterales.
En el Plan Hidrológico del Segura en cambio, al no contar con ninguno de estos otros modelos distintos al SIMPA, dichas trasferencias laterales no se calculan.
En este caso, el ciclo hídrico natural del agua queda reducido solo al agua que baja por los ríos, que es lo único que puede calcular el modelo SIMPA. Omitiéndose por tanto, el valor del flujo subterráneo que acaba en el fondo del mar y conocido como SGD[2]
Ahora y después de este análisis, quizá se entienda mejor por qué el Legislador obligaba en 2008 a que fuera, precisamente un organismo independiente de "la obra pública", como es la AEMET, el que dijera cuáles son los datos medios climáticos del ciclo hidrológico -y en consecuencia los recursos naturales totales- de cada cuenca hidrográfica en los nuevos planes hidrológicos. Porque con las cosas de beber y de comer de todos, no se juega.
[1] Ver: “¿POR QUÉ NOS HEMOS CREÍDO LO DEL 'DÉFICIT DE AGUA' EN MURCIA?”. http://www.franciscoturrion.com/2016/09/por-que-nos-hemos-creido-que-hay.html
[2] Ver “LA CORRIENTE SUBTERRÁNEA SUBMARINA (SGD) Y EL "SUPERÁVIT" DEL SEGURA”.
http://www.franciscoturrion.com/2015/10/la-corriente-subterranea-submarina-sgd.html
ESTATUTO DE LA AGENCIA ESTATAL DE METEOROLOGÍA
ResponderEliminarCAPÍTULO I
Disposiciones generales
Artículo 1. Naturaleza, adscripción y objeto.
3. El objeto de la Agencia Estatal de Meteorología es el desarrollo, implantación, y prestación de los servicios meteorológicos de competencia del Estado y el apoyo al ejercicio de otras políticas públicas y actividades privadas, contribuyendo a la seguridad de personas y bienes, y al bienestar y desarrollo sostenible de la sociedad española.