domingo, 8 de octubre de 2017

EL DÍA QUE DECIDIERON ESCONDER LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS DEL SEGURA

Agua del pozo de la CHS Barriomar en la ciudad de Murcia. Agosto de 2008
El 20 de octubre de 1977 el entonces director del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) Pedro Fontanilla Soriano, fue duramente criticado en una reunión multitudinaria celebrada en Murcia en defensa del trasvase Tajo-Segura, por haber dicho en la revista Sábado Gráfico, que “el trasvase Tajo-Segura no era necesario ni conveniente”, ya que con las aguas subterráneas propias de la cuenca del Segura se podía atender las nuevas demandas previstas.

Noticia que publicaba el diario La Verdad de Murcia el 21 de octubre de 1977

El entonces presidente de la Cámara de Comercio de Murcia, Ángel Tomás Martín, dijo de él que: “El IGME con su director a la cabeza, no tenía ni la más remota idea, no ya de aguas superficiales y de economía, sino lo que es peor, de su propia especialidad la geología”.

El citado director de la meritada institución, que fuera creada por Isabel II en 1849 y que en aquel momento ya contaba con más de 100 años de historia, fue cesado al año siguiente.

Ocho años después, en 1986, el MOPU asumía las competencias en materia de aguas subterráneas que hasta ese momento tenía el Ministerio de Industria, del que dependía el IGME.

Doce años más tarde (1998) se publica el primer Plan Hidrológico del Segura en el que se omiten todos los estudios del IGME de los años 70 y 80 y en el que se nos hace creer: (1) que su cuenca es impermeable y que el único flujo de agua es fluvial, (2) que los acuíferos son únicos en la vertical del terreno y que se encuentran desconectados entre sí, descargándose únicamente en los cauces fluviales; y (3) que no hay trasferencias laterales subterráneas entre ellos hasta llegar al mar. El déficit de agua del Segura lo estimaba en unos 400 hm3. Dicho “déficit” fue el argumento del proyecto del trasvase del Ebro.

En aquella reunión de 1977, el referido Presidente de la Cámara de Comercio dijo, en justificación del trasvase del Tajo, que según estudios de 1961, el déficit era de 540 hm3/año.

Cuarenta años y cientos de miles de hectáreas nuevas de regadío después, el déficit de agua sigue siendo el mismo según el vigente Plan Hidrológico de 2016 (400 hm3).

A los que opinamos hoy algo parecido a lo que ya decía aquel valiente director del IGME, en base a rigurosos estudios científicos realizados en aquellos años, que Murcia y la cuenca del Segura tiene agua suficiente sin trasvases, gracias a las aguas subterráneas y a las desaladoras, nos califican de poco rigurosos.

Ya entiendo el porqué en Murcia se sabe tan poco del funcionamiento de las aguas subterráneas, de su potencial y se engaña tan fácilmente sobre su estado cuantitativo: ese día, 20 de octubre de 1977, se decidió esconderlas a la opinión pública para justificar el trasvase y así siguen hasta hoy. Ya no hay trasvase: los embalses de la cabecera del Tajo de Entrepeñas y Buendía se encuentran a menos del 9% de su capacidad, allí queda solo barro. Y ¿Ahora qué?

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